Somos una comunidad Salesiana que vive y siente las virtudes de nuestra amada Madre María. Por eso, durante la fiesta de María Auxiliadora, Ella se paseó por cada uno de los espacios de nuestra casa.
Este 26 de mayo los jóvenes y colaboradores de Ciudad Don Bosco se congregaron para rendir un homenaje a María Auxiliadora. La fiesta simboliza un cierre de mes donde Ella nos guió en el pacto de cambiar el mundo.
Nuestro lugar de encuentro fue la sede central de Robledo Aures y contamos con la grata presencia de los integrantes y beneficiarios de cada uno de nuestros programas (Internado, CAPRE Casa de protección, ETDH, Derecho a soñar, Externado Dejando Huellas Amagá y Angelópolis y la Institución Educativa). Nuestro propósito era el mismo, nos unía el amor de María, por eso vivimos con alegría cada momento, trabajamos en equipo por un bien común, tomamos de la mano a personas que no vemos regularmente y pusimos a prueba los valores y cualidades que aprendimos de San Juan Bosco y María Auxiliadora.
Presenciamos en nuestra Eucaristía el amor y el respeto que toda nuestra comunidad siente por su legado, posteriormente lucimos la alegría que nos inspira tenerla cerca mediante la Guaca Mariana (actividad lúdica de bases en equipo). Este encuentro con nuestra Madre nos impulsa para seguir trabajando en el propósito de Don Bosco para nuestra comunidad, formar buenos cristianos y honestos ciudadanos.