Al llegar a Ciudad Don Bosco, un joven saluda animosamente y da una calurosa bienvenida, espontáneamente habla, pregunta, comenta y sonríe, pasa igual con dos o tres jóvenes mas que se encuentran a su alrededor, son jóvenes entre los 13 y 16 años que están en el “empedrado” (patio salesiano).
Allí sucede la magia del encuentro salesiano, pues sin conocernos, sin haber hablado nunca antes, sin siquiera habernos visto, ahora entablamos un diálogo muy cordial y fraterno, es el encuentro con el otro, el primer paso para que este joven y todos los demás niños, niñas, adolescentes y jóvenes que hacen parte de la familia de ciudad Don Bosco.
Semillas De Vida, Internado Vulneración, Caminos De Amistad, Derecho A Soñar, Construyendo Sueños (CAPRE), Dejando Huellas (Amaga), Institución Educativa Ciudad Don Bosco y La ETDH, emprendan todos los días un camino “pastoral” que implica la educación y la cultura, la dimensión espiritual, el componente comunitario-asociativo y el impulso de un proyecto de vida digno.
Se crea todo un ambiente, es una atmosfera formativa en la que intervienen, educadores, psicólogos, trabajadores sociales y todas las personas que de una u otra manera hacen parte de Ciudad Don Bosco, el personal de cocina, por ejemplo, porque sería imposible educar a una persona con hambre.
Además, interviene el personal de la salud, tan fundamental para el bienestar de una persona, están a disposición las nutricionistas y todo un equipo administrativo que hace funcionar con todos los requerimientos legales y de calidad esta obra llamada Ciudad Don Bosco creada y pensada con el corazón.
Por supuesto, en esta casa salesiana están los salesianos, hombres consagrados que entregan su vida día a día; han sido muchos los llamados a dar lo mejor de sí en esta institución, cada uno ha dejado huella a su manera y todos con un mismo objetivo, “formar buenos cristianos y honestos ciudadanos” como reza el lema de la congregación salesiana a nivel mundial.
Han sido 56 años de mucho amor, de crecimiento en todos los sentidos, la infraestructura se ha visto mejorada, los modelos de atención han sido optimizados, la calidad humana es formidable y las propuestas educativas son actuales y ajustadas a las capacidades de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, protagonistas de todo el quehacer pastoral, de esta obra.
56 años de compromiso con la sociedad, pues Ciudad Don Bosco ha sido reconocida por diferentes entes gubernamentales locales y por diferentes agentes internacionales como un espacio de Paz y de Reconciliación.
Un lugar donde se permite soñar en una mejor sociedad, un patio desde donde se construye las mejores amistades, no solo entre personas, sino también entre instituciones preocupadas por el bienestar de los menores vulnerados que como bien afirman las teorías sociales, no son solo el futuro, si no mas bien el presente.
Ciudad Don Bosco es instrumento importante en el desarrollo sostenible que se ha propuesto desde estándares internacionales – Objetivos de desarrollo sostenible – pues a través de toda la propuesta busca mejorar la vida de muchas personas inmersas en realidades difíciles.
En definitiva, han sido 56 años de amor, donde la presencia de Dios se ha visto reflejada concretamente en la sonrisa de miles de niños, niñas adolescentes, jóvenes y también adultos, que se manifiesta espontáneamente y se expande en esa atmosfera salesiana de familiaridad y fraternidad.
Al leer la historia en estos 56 años de vida, Ciudad Don Bosco se manifiesta como creación, no de una idea humana, si no de la misma presencia de Dios que actúa a través de las personas de buena voluntad en bien del prójimo.
56 años de alegría, de bienestar, de optimismo, de satisfacción, con diferentes limitaciones y fracasos, pero siempre con la luz que alumbra y no se quiere apagar y que por el contrario quiere permanecer encendida para continuar haciendo el mayor bien posible como han sido hasta ahora estos años de puro amor.
Autor: Padre Johao Caicedo. Coordinador de Pastoral en Ciudad Don Bosco