La espiritualidad es esa necesidad que sentimos de tener un equilibrio, de saber que todo marcha bien con nosotros tanto por dentro como por fuera.
Hay momentos en los que necesitamos cerrar los ojos y volver a orientarnos, callar nuestros pensamientos y conectar con nosotros mismos.
Nuestra espiritualidad es una conciencia que no se manifiesta materialmente y que necesariamente está ligada a algo superior a todos los seres vivos, algo en lo cual creamos y encomendamos muchos de nuestros propósitos en la vida.
Está sensación o necesidad es un valor considerado como superior y positivo, ya que determina en muchos casos el comportamiento coherente con los valores morales y éticos que tenemos como seres humanos ayudándonos al desarrollo individual.
Para sentirnos plenos y afines, muchas veces necesitamos cultivar de alguna manera esta esencia inmaterial que empieza a cobrar sentido en algunas etapas específicas de nuestras vidas.
La vida nos proporciona diferentes maneras de como alimentar nuestro espíritu, de cómo mantener un equilibrio haciendo acciones pequeñas para que esto suceda como ayudar al otro, agradecer, enseñar, escuchar a los demás, acciones que trascienden, que no solo se quedan en ti, sino que forman una sinergia que impacta muchas vidas.
En Ciudad Don Bosco hay un camino en el que confiamos y el que hemos inculcado a todos nuestros jóvenes a conocer; un camino que nos ha mantenido en equilibrio entre lo que necesitamos y lo que queremos, un camino que nos proporciona reflexiones y nos permite acogernos cuando dudamos o necesitamos confiar nuestras acciones a que todo saldrá bien. Un camino que es un legado.
Ser conscientes de necesitar afianzar esta cualidad a veces no es tan fácil, simplemente porque no lo sentimos necesario y está bien, puede que la vida funcione igual sin ninguna novedad, pero despertar el espíritu dormido, ser consciente de ello y trabajar en el hace un cambio significativo en la existencia de cualquier ser humano.
Hay que generar fuerza, tener esperanzas, confiar en algo, hay que desarrollar en nuestros jóvenes esa capacidad inmensa de ser felices.